ENXIENPLO DE LA RRAPOSA E DEL CUERVO
Estrofas 1437-1444
«La marfusa un día con la fanbre andava;
vido al cuervo negro qu' en un árbol estava:
grand pedaço de queso en la boca levava;
ella con su lysongia tanbién lo falagava:
»"¡O, cuervo tan apuesto! de çisne eres pariente
en blancura e en dono, fermoso, rrelusiente;
más que todas las aves cantas muy dulçemente:
sy un cantar dixeses, diría por él veynte.
»Mijor que la calandria nin que el papagayo,
mijor gritas que tordo nin rruysynor nin gayo:
si agora cantasses, tod' el pesar que trayo
me tyrarías en punto, más que con otro ensayo".
»Bien se cuydó el cuervo que el su grojear
plasíe a tod' el mundo, más que otro cantar:
creyó que la su lengua e su mucho gasnar
alegrava las gentes, más que otro juglar.
»Començó a cantar, la su boz a erçer:
el queso de la boca óvosele a caer;
la gulpeja en punto se lo fue a comer:
el cuervo con el daño ovo d' entristeçer.
»Falsa onrra e vana gloria e riso falso
dan pessar e tristesa e dapño syn traspaso;
muchos cuydan que guarda viñadero el paso,
e es la magadana, qu' está en el cadahalso.
»Non es cosa segura creer dulçe lisonja:
d'aqueste dulçor suele venir amarga lonja;
pecar en tal manera non conviene a monja,
rreligiosa non casta es podrida toronja».—
»Señora,» diz' la vieja, «este miedo non
tomedes;
el ome, que vos ama, nunca lo esquivedes:
todas las otras temen eso que vos temedes,
el miedo de las liebres las monjas le tenedes».
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1320