BALADA DE JUAN DE LA CRUZ
Yo soy Juan de la Cruz, llamado el héroe
que partió con cien mozos y una bandera
a cubrirse de gloria bajo el sol.
Y a elevar su grito rebelde entre las balas
aun más alto que el grito del rebelde cañón.
Yo soy Juan de la Cruz, llamado el héroe,
que vio a la tierra buena enloquecer
y beber salvajemente la sangre brava, y vio
caer a sus compañeros junto a la cruel bandera,
bajo el cielo incendiado de la revolución.
Yo soy Juan de la Cruz, llamado el héroe,
dueño de un blanco corcel que victorioso
por campos de sangre y fuello lo llevó,
y en las fiestas del pueblo enardeció a las mozas,
quiza demasiado altas para sus quince años,
que eran ritmo en el talle y en los ojos fulgor.
Yo soy Juan de la Cruz, llamado el héroe,
de quien decían los niños en las tardes del pueblo,
señalando el ocaso que es como confusión
de banderas heroicas: por allá con cien mozos,
Juan de la Cruz, el héroe, partió.
Yo soy Juan de la Cruz, llamado el héroe,
que perdió su alegría que era también
un fruto de su tierra que bendijo el Señor.
Yo soy Juan de la Cruz, en cuyo honor el pueblo,
en medio de la plaza solo un roble plantó.
Aurelio Arturo
Publicado en Publicada en Suplemento literario ilustrado de El Espectador, el 27 de octubre de 1927.