SONETO
En el abril de mis floridos años,
cuando las tiernas esperanzas daba
del fruto, que en mi pecho se ensayaba,
para cantar mis bienes, y mis daños,
so especie humana, y disfrazados paños
se me ofreció una idea, que volaba
con mi deseo igual, mas tanto andaba,
que conocí de lejos mis engaños:
porque, aunque en el principio iguales fueron
mi pluma, y su valor en competencia
llevando el uno al otro en alto vuelo,
a poco rato mis sentidos vieron,
que a su ardor no haciendo resistencia
mi pluma, se abrasó, y cayó en el suelo.
Vicente Espinel