LA COGIDA
(PLAZA DE TOROS)
El beso
con su testuz de sueño
y seda, insiste,
oscuro, negro.
Se adensa
caliente, concreto,
herida adentro,
como un cuerpo de amor
entero
que arrasase y alzase
violento
su maravilloso
trofeo.
Sí, una masa de polvo
ciego,
y allí el secreto
beso,
sin que nadie lo vea,
envuelto
en el maravilloso velo
que la tarde de oro
enciende inmóvil en el estruendo
¡Oh perfectísimo silencio!
Beso ciego,
tremendo,
que la vida potente
enrisca contra el pequeño cuerpo,
mientras ella indemne en su terciopelo
salta de la nube de oro,
bulto poderoso de negro,
imponente majestad que ha emergido
elevando la testuz hacia un reino.
Hermosa, luna, toro
del amor ciego
que ensalza como contra el cielo
el cuerpo del amor diestro,
tendido en la cuna radiante,
delicado entre los dos cuernos.
Vicente Aleixandre