LA ABEJA Y EL CUCLILLO
Saliendo del colmenar,
dijo al cuclillo la abeja:
«Calla, porque no me deja
tu ingrata voz trabajar.
No hay ave tan fastidiosa
en el cantar como tú:
cucú, cucú, y más cucú:
y siempre una misma cosa.»
—«¿Te cansa mi canto igual?
(El cuclillo respondió):
pues a fe que no hallo yo
variedad en tu panal.
Y pues que del propio modo
fabricas uno que ciento
si yo nada nuevo invento,
en ti es viejísimo todo.»
A esto la abeja replica:
«En obra de utilidad
la falta de variedad
no es lo que más perjudica.
Pero en obra destinada
sólo al gusto y diversión,
si no es varia la invención,
todo lo demás es nada.»
La variedad es requisito indispensable en las obras de gusto.
Tomás de Iriarte