ABRAZADAS A LA CRUZ
Caminemos para el cielo,
monjas del Carmelo.
Abracemos bien la Cruz
y sigamos a Jesús,
que es nuestro camino y luz,
lleno de todo consuelo,
monjas del Carmelo.
Si guardáis más que los ojos
la profesión de tres votos,
libraros de mil enojos,
de tristeza y desconsuelo,
monjas del Carmelo.
Al voto de la obediencia,
aunque es de muy alta ciencia,
jamás se le hace ofensa
sino cuando hay resistencia.
De ésta os libre Dios del cielo,
monjas del Carmelo.
El voto de castidad
con gran cuidado guardad.
A solo Dios desead,
y en El mismo os encerrad,
sin mirar cosa del suelo,
monjas del Carmelo.
El que llaman de pobreza,
si se guarda con pureza,
está lleno de riqueza
y abre las puertas del cielo,
monjas del Carmelo.
Y si bien así lo hacemos,
los contrarios venceremos
y a la fin descansaremos
con el que hizo tierra y cielo,
monjas del Carmelo.
Schez. de Cepeda Dávila y Ahumada.
Santa Teresa de Jesús