EN LA CÁRCEL DE AYER, DE QUE ME EVADO
En la cárcel de ayer, de que me evado
a la muerta distancia del olvido;
con polvo, en el sendero recogido:
con astillas, del tiempo desgajado;
con el canto y la flor, apasionado,
su perfume en el viento fallecido;
con atisbos del sueño desistido,
con arenas del mar nunca surcado;
con hilo azul de siglos que deniego
—briznas del oro oculto entre la escoria
de la espiga que yérguese, y que siego—;
con voz en que naufraga la memoria,
urdo un soneto más, que al aire entrego
por ver si alcanza, en tu mirada, gloria.
1964
Salvador Novo