TODO ES TRISTE SI NO HAY CANTO,
pero también el canto es triste.
Del hombre es el último linde.
Allí me llego, allí me consumo,
allí me acabo. En ese final comienzo.
Y todo es triste en ese canto
y sin él todo es muy triste.
El hombre entona perdido un estribillo
que escondió de las fauces del olvido.
El canto sigue, persiste. Y es muy triste.
Santiago Montobbio