ET LABORA
Guardar memoria de lo que para otra persona
nunca fue recuerdo, creer haber hundido un rostro
y al volver de una mañana darse cuenta
de que sigue inundando nuestro adentro;
aventurarse ingenuo en las piruetas
por fingir que puede desterrarse
la espantosa verdad de los sonidos
u otra vez descubrir, en el envés del tiempo,
que todo lo que pude ser tan sólo era
ser contigo:
estos son
los trabajos del amor, aquel extraño mar
que vivir nos fue haciendo lejanísimo.
Santiago Montobbio