GRITO DE JOB
¿A qué matarme? Quedará pendiente
siempre el recuerdo de mi vida entera;
y me aflige pensar que, cuando muera,
viviré en la memoria de la gente.
No, no puedo dejar que se lamente
mi heroica acción con frase lastimera...
y que todo el que piense: —¡Un hombre era!
diga con falsedad: —¡Era un demente!
Cuando siento llegar horas fatales,
envidio sólo al que por suerte rara
muérese en las entrañas maternales;
mas no comprendo el paso del suicida,
dejando el rastro aquí: me suicidara,
¡si pudiera borrar toda mi vida!...
1899.
José Santos Chocano