EN LA FRAGUA
(A un exquisito)
Arte caritativo que futilezas labra, 1
y acicala los trajes, y los descuidos peina,
finge piadosa mano que bruñe la palabra
como un espejo intacto para una faz de reina.
Proscrita de Bizancio, la excelsitud de mi arte
no es dar fiesta al oído con frase amartelada:
si quieres un espejo para narcisarte,
mírate en la ancha hoja de mi radiante espada.
Aquiles que, entre tocas, en la extranjera corte,
pone al músculo férreo disimulos de raso,
es pueril comediante, que nunca alcanza el porte
del que en la lliada cruza con resonante paso.
Las enguantadas manos no son para las lanzas,
Ni los tímidos verbos les dan alma a las cosas...
No me deis pies hercúleos tejiendo muelles danzas,
Ni me deis bravas frentes coronadas de rosas.
Con paciencia de monje, yo exprimiera tu vino
en mis copas que fueran los prodigios más tersos;
y con la fina punta de un puñal damasquino,
destaparía el cofre de mis joyantes versos...
Pero hasta las mujeres desatan sus sonrisas
de volteriana burla, con notas tan suaves...
Yo no robo el suspiro, sino el vuelo en las brisas;
yo no envidio el gorjeo, sino el ala en las aves.
Ven, artista, y arroja tus bellas baratijas
a los hervores nuevos de mis futuras dianas,
como los viejos nobles echaban sus sortijas
al bronce destinado para fundir campanas...
1897.
José Santos Chocano
1 Otra versión: Arte caritativo que sutilezas labra