CANTO DE CANTOS
Vaya a perderse este canto
o a ganarse el porvenir.
¡Si lo pierde en su quebranto,
sabrá envolverse en su manto
como César al morir!
Sentir no debes asombros
si me ves turbar la calma
y alzar al Pueblo en mis hombros;
que humeando están los escombros
de los incendios de mi alma...
Al ver mi ardoroso exceso
suspiras tú, y es por eso
que a besarte siempre aspiro:
¡porque yo sé que un suspiro
sólo es la sombra de un beso!
Así a tus espaldas voy,
siendo hoy lo mismo que ayer,
mañana lo mismo que hoy;
tu ideal, tu amor, tu placer,
tu gloria. Soy el que soy.
¡Soy el llanto que te llora,
soy el numen que te canta,
soy el grito que te implora,
soy todo lo que te adora
y te inciensa y te levanta!
Estos son los versos mismos
que oyeron las muchedumbres
y saben los despotismos:
¡pies firmes sobre las cumbres,
alas sobre los abismos!
Debes tú poner la lima
que lime mis cantos tersos...
Deja que un beso te imprima;
y haremos con esa rima
todo un poema en dos versos.
Que de amor al golpe rudo
un haz vibrante y nervudo
mis cánticos son por eso,
recogidos en el nudo
indisoluble de un beso...
José Santos Chocano