TRÍPTICO HEROICO
II
CUACTHEMOC
Solemnemente triste fue Cuaethemoc. Un día
Un grupo de hombres blancos se abalanzó hasta él;
Y mientras que el imperio de tal se sorprendía,
El arcabuz llenaba de huecos el broquel.
Preso quedó; y el Indio, que nunca sonreía,
Una sonrisa tuvo que se deshizo en hiel.
—¿En dónde está el tesoro?— clamó la vocería;
Y respondió un silencio más grande que el tropel...
Llegó el tormento... Y alguien de la imperial nobleza
Quejose. El Héroe díjole, irguiendo la cabeza:
—¡Mi lecho no es de rosas!— y se volvió a a callar.
En tanto, al retostarle los pies, chirriaba el fuego,
Que se agitaba a modo de balbuciente ruego,
¡Porque se hacía lenguas como queriendo hablar!
José Santos Chocano