CANTO AL MAGDALENA
IV
LA DANZA DEL RÍO
A Víctor M. Londoño
Explorando los bosques más bravíos,
ensortija el caudal troncos membrudos,
enlazando sus islas hace nudos,
borra cauces y asalta los bohíos.
Ve el adiós de los árboles sombríos;
empavona el metal de sus escudos;
y al fin se pierde, entre los bosques mudos,
en la tela de araña de otros ríos...
Y vuelve a aparecer, como si fuera
una danza sensual... Luego, en reposo,
va apaciguando su clamor de fragua:
un paréntesis se abre en la ribera;
y en él, se extiende un charco perezoso
en que parece que bosteza el agua.
José Santos Chocano