OCTAVAS
¡Oh viles ricos del trabajo ajeno!
¡Oh traficantes con la carne humana!
¡Oh espíritus absortos en el cieno
Del interés de la codicia insana!
¡Blasfemos que pensáis que el Dios del bueno
Con paternal predilección se afana
En trabajar Él mismo criando a otros
Para que holguéis con su sudor vosotros!
¡Perversos sistemáticos! ¿Por dónde
Hubiera Satanás de desecharos?
El día en que el polvo ante su Juez responde
¿Qué pretexto habrá Dios para salvaros?
Como exclusiva herencia os corresponde
Cada pecado capital, oh avaros,
Madre de ellos y vuestra es la indolencia,
Y un pecado sin fin vuestra existencia.
Bandada de famélicos vampiros
Que tan sólo al que halláis postrado, inerme,
Osáis chupar al son de los suspiros
Con que os arrulla cuando a oscuras duerme.
Ya surge aquél que cuenta ha de pediros,
Ya afila la hoz que vuestros campos yerme,
Ya raya el sol a cuya luz bendita
Volveréis al abismo que os vomita.
Rafael Pombo