AL PARTIR
¡Conque ay, no más que un sueño
Nuestra pasión ha sido!
¡Y hoy, mísero, despierto
Para decirte adiós!
Y ya la ausencia trae
Su féretro de olvido
O empieza el infortunio
Para nosotros dos.
¡Y hoy ya nos separamos
Sin esperanza alguna,
Y nacerá el despecho
Donde el placer murió!
Y cada vez más lejos
Nos llorará esa luna
Que siempre de la dicha
En nuestro templo ardió.
¡Destino del que siente!
Sembrar nuestros dolores,
Querer y querer tanto
Lo que a dejarnos va.
¡Nosotros mismos, ciegos,
Entrelazamos flores
Que en ásperos cilicios
La ausencia tornará!
¿Por qué si nos miramos
Nuestra pasión dijimos
Y no nos arrancamos
El corazón allí?
Si nunca el cielo hermoso
Que ufanos poseímos
Recompensó el infierno
Que se nos abre aquí.
Mi maldición me trajo,
Mi maldición me lleva,
Y todo mal me aguarda,
Y todo bien pasó;
Y no hay un astro amigo
Que en tan amarga prueba
Me finja la esperanza
Que para siempre huyó.
¡Pobre de mí, yo parto
Y todo en ti lo pierdo;
El muro del destino
Ya se alza entre los dos...!
¡Tus lágrimas me irritan,
Execra mi recuerdo
Y no le des ni ósculo
Al que te dice adiós!
1853.
Rafael Pombo