LA TORMENTA DE VERANO
Al terrado subí buscando en donde
Asistir a la espléndida tormenta,
Fiesta lustral que ansiaba la sedienta
Tierra en faz mustia y abatida fronde.
Préndese el cielo. Pálida se esconde
La noche. El trueno asordador revienta,
Y en toda la ancha esfera turbulenta,
Estruendo a estruendo y luz a luz responde.
Palestra de titánica porfía
Turbiones y relámpagos destella,
Y ruge y truena en bárbara armonía.
Rasga el rayo honda grieta, clara y bella
En la cuarteada bóveda sombría,
Y vislúmbrase a Dios al través della.
Hyde Park, junio 20: 1870.
Rafael Pombo