LA INFALIBILIDAD DEL PAPA
Fuera falible el Papa, bien podría,
Puesto que le debemos obediencia,
Inducirnos a error, y en consecuencia
Llevarnos rectamente a la herejía.
Si, huyendo de esto, es mi razón mi guía,
En la grey, ipso facto, hay disidencia,
Y es cismática entonces mi creencia
Si de la del Pontífice varía.
Rodara incierta, pues, la grey entera,
Sin seguro pastor, entre el abismo
De la herejía y el del cisma horrible.
Aun pudiéramos todos vernos fuera
Del redil, inclusive el pastor mismo.
¡Absurdo! —Luego el Papa es infalible.
1877.
Rafael Pombo