LA TRAGEDIA DIVINA
Furiosos los judíos contra el Justo
Que Mesías y Ungido audaz se llama,
Juran borrar su vida y nombre y fama,
Y vindicar de Dios el nombre augusto.
Pronto lo entrega un mal amigo; el susto
Dispersa a los demás; el pueblo clama
Que muera en cruz, que aún al ladrón infama,
Y al popular clamor el Juez da gusto.
Y vendido, y clavado, y escupido
Muere, bebiendo hiel entre agonías,
El impostor, y juegan su vestido.
Mas, ¡ah! cúmplense así las profecías
Letra por letra1, y, si antes no creído.
Ya todos ven que Aquél es el Mesías.
Rafael Pombo
1 Que el Mesías fuese rechazado, desconocido, traicionado, vendido, abofeteado, burlado, afligido de mil maneras, abrevado con hiel, traspasado de pies y manos, escupido en el rostro, y muerto, y jugados a la suerte sus vestidos, estaba, de siglos atrás, anunciado en los Salmos (117, 22; 40, 10; 68, 27; 68, 22; 21, 17; 21, 19), Isaías (53, 2 y 3; SO, 6; 34, 16), Zacarías (11, 12), Daniel (9 ,62). Su resurrección al tercer día en el Salmo (15, 10) y en Oseas (6, 3). Concurren muchas otras profecías.