EL CORNETA
Un cornetilla de órdenes, que iba
A vanguardia en belígero rebaño.
Cayó preso en la acción; y el jefe extraño
Pena mortal le impuso, ejecutiva.
«¡Matarme a mí!» exclamó ; «Pena excesiva,
¡Cruel injusticia! Sufre algún engaño
Mi General; yo, lejos de hacer daño,
¡Ni siquiera cargaba arma ofensiva!»
«¡Tanto peor!» el General repuso,
«Pues que resuelto a no lidiar tú mismo
Lanzabas a otros al azar sangriento.
»Y es principio justísimo, inconcuso,
Que hay más perversidad, más egoísmo
En el que incita al mal, que en su instrumento».
Bogotá, marzo 1º: 1874.
Rafael Pombo