EL HUMO Y LA LLAMA
¿Por qué, mamita mía
(Dijo a la llama el humo),
Tú eres brillante siempre
Y yo soy siempre oscuro,
Cuando nada es más claro
Que, siendo yo hijo tuyo
Tu rasgo distintivo
Debiera sernos mutuo?
—Hijo, la cosa es vieja
(La llama le repuso):
Sólo con brillo propio
Se brilla en este mundo.
Es hijo de sus obras
Cada cual; y a ninguno
Padre ilustre ilustrole
Ni lo infamó hijo bruto.
Rafael Pombo