EL NIÑO VERAZ
(The Truthful boy; traducción de Wilson's second reader, 1860).
Érase un niño de ojos negros
Y húmedos labios de carmín,
Que ni de chanza engañó a nadie
Y a quien jamás oyó mentir.
Siempre en sus viajes a la escuela
Iban gritando detrás de él:
«Allí va el niño que no miente
Ni por un mundo que le den».
Y todo el mundo lo quería,
Y con su edad creció el amor,
Y al verlo, todos susurraban:
Esa es la perla del honor.
Y si llegaba alguien de fuera
Y preguntaba ¿eso por qué?
Le contestaban: porque nunca
Dijo, ni dice, lo que no es.
Bogotá, diciembre 10: 1875.
Rafael Pombo