TORBELLINO A MISA
(Letra para este baile popular)
I
¡Ande la rueda
Del torbellino!
Tray-la-ra-lá.
Es la rueda del destino;
El que se queda se queda;
¡Pronto el vecino
Me alcanzará!
Tray-la-ra-lá.
Privilegio no se alega
En torbellino de amor.
El primero es el que llega,
Y el que llega es el mejor.
Siga el que pueda
Mi remolino.
Tray-la-ra-lá.
¡Bien venido el que ya vino!
¡Bien quedado el que se queda!
Y ni un comino
Se me dará.
Tray-la-ra-lá.
Sepa que juega el que juega
El torbellino de amor.
El que pasa, se relega;
A un pícaro otro mayor.
II
¡Y ande la rueda
Del torbellino!
Si alguien se enreda
Abra camino,
Y como seda
Venga el vecino.
Tray-la-ra-lá.
Pero en la rueda
Del torbellino
Sepa el que vino
Que al que se va,
Pronto lo hereda
Quien seguir pueda
Mi remolino.
Tray-la-ra-lá.
¡Y ande la rueda
Del torbellino!
No retroceda
Ni el más ladino,
Que igual moneda
Se pagará.
Tray-la-ra-lá.
Nadie interceda
Por el vecino,
Que en esta rueda
No hay San Padrino;
Y si mohíno
Alguno queda,
Muerda un pepino
Y por do vino
Se marchará.
Tray-la-ra-lá.
Quede el que queda
Siempre que pueda,
O retroceda
De su camino.
Tray-la-ra-lá.
Que esta es la rueda
De mi destino
Y ni un comino
Se me dará.
Tray-la-ra-lá.
III
Siga la rueda
Del torbellino,
Que en la arboleda
Ya rueda el trino
Del gurrumino
Curruculá:
El adivino
Del matutino
Sol asesino
Del torbellino
Cuando en lo fino
Ya entrando va.
Tray-la-ra-lá.
Ya el alba ufana
Sabrosa mana
Su fresco aroma
De mejorana;
Y la paloma
Dice al palomo:
Piquito romo
Curruculá.
Ya en los candiles
Luces febriles
Ora levantan
La llamarada,
Ora se espantan
De la alborada
Torbellinada
Que andando va;
Y una guiñada
De enamorada
Como embriagada
La luz nos da.
Curruculá.
¡Y ande la rueda
Del torbellino
Que no la exceda
La de un molino!
¡Ande, y suceda
Lo que suceda,
Que esta es la rueda
De amor dañino
Y todo indino
La pagará!
Tray-la-ra-lá.
¡Ande el molino
Pueda o no pueda,
Que con su rueda
Me engolosino!
¡Qué polvareda,
Qué remolino,
Loca humareda
De amor y vino,
Lampos de seda,
Trombas de lino,
Ya el pie se enreda,
Ya pierdo el tino,
Ya no hay vereda,
Ya es desatino!
Rueda que rueda
Cada vecino
Con la que queda
Por su camino,
Y nadie sabe
Por donde va.
Tray-la-ra-lá.
Y canta el ave
Tierna y suave
¡Curruculá,
Curruculá!
Junio de 1856.
Rafael Pombo