DIOS TE BENDIGA
Porque eres buena, y dulce, y tierna, y pura,
Como yo te bendigo en mi ventura,
Dios te bendiga.
Porque eres tú cual la virtud, ¡tan bella!
Y haces que yo bendiga a Dios por ella,
¡Dios te bendiga!
Porque del cielo al mundo indigno vienes
Y en él digna del cielo te mantienes,
¡Dios te bendiga!
Porque en el mundo todo bien mereces,
Y todo el bien que haces lo embelleces,
¡Dios te bendiga!
Porque al fin creo yo, triste y helado
Cual la desilusión del hombre honrado,
¡Dios te bendiga!
Porque al fin he llorado, ¡oh ángel mío!
Yo, seco cual el seno del impío,
¡Dios te bendiga!
¡Dios te bendiga! y que la voz del hombre
Sólo virtud y bendición te diga:
Cual yo que nunca evocaré tu nombre
Sin exclamar, mi bien, «Dios te bendiga».
Nueva York, diciembre 10: 1855.
Rafael Pombo