TUS OJOS
¿El lago? — ¡Nunca!... El lago no pudiera
competir con tus ojos soñadores…
Tus ojos tienen sombras y fulgores:
son dos lagos al tiempo que una hoguera.
¿El mar? — ¡Tampoco!... El mar tiene ribera
que se llena de pájaros y flores,
y en tus divinos ojos turbadores
se fatiga volando la Quimera….
¿El cielo? — Acaso el cielo, por ser cielo,
se atreviera un momento, envanecido,
a asomarse a tus ojos con recelo;
y ante tus ojos diáfanos y bellos,
vería el mismo cielo, sorprendido,
que falta cielo para verse en ellos.
Ricardo Miró