EN EL POLO
Sobre témpano enorme de hielo
Níveo alcázar, de rayos de luna
Constrüido y de todas las garzas
y todos los cisnes con todas las plumas
Viaja joven pareja de osos;
El de ríspida estampa y hercúlea,
Ella, ¡amante, feliz!- un ensueño
De célibe oso-muy blanca y muy rubia.
Terciopelo felpudo y en rizos
Es la piel de nevadas gardenias,
De los grandes corderos. Son cofres
Sus bocas, las joyas: coral en Culebras.
¡Cuán felices! Y viajan y viajan
En la góndola blanca. La hembra
En el tálamo yace. Y el oso
Lascivo la vida la muerte y la besa.
De la aurora boreal tras el iris,
Para ellos, al yermo del norte,
Indistinto y audaz sagitario
Dispara saetas de todos colores.
Y los buitres convierten al cielo
Las miradas que van al pone:
En sus pechos de oso la dicha,
Renuevo en el árbol, y savia en el brote.
¿Cuán felices! Y viajan y viajan
En la góndola blanca. La hembra
En el tálamo yace. Y el oso
Lascivo la vira la muerte y la besa.
De la aurora boreal tras el iris,
Para ellos, al yermo del norte,
Indistinto y audaz sagitario
Dispara saetas de todos colores.
Y los buitres convierten al cielo
Las miradas que van al que pone:
En sus pechos de oso la dicha,
Renuevo en el árbol, y savia en el brote.
¡Cuán felices! Y viajan y viajan
En la góndola blanca. De pronto
Un témpano… un choque… rumor de catástrofe
Que invade, que invade, los yermos del polo.
¡Después…!¡Oh blasones!
La sangre a rubíes en campos de hielo;
y auroras boreales y más corazones
Que vuelven las pías miradas al cielo…
1895.
Rufino Blanco Fombona