NOCHES
En las noches transparentes
Y en las ricas tardes locas,
En las noches transparentes
A los líricos balcones,
Las ideas a las frentes,
Y los besos a las bocas;
EN las noches transparentes
Y en las ricas tardes locas.
Como lámparas colgantes
De la bóveda celeste
Las estrellas rutilantes
Dan su pálido fulgor;
Y parecen fulgurantes
Fino polvo de diamantes
En el fondo azul y blanca veste
Hecha en nubes, del Señor.
La amorosa serenata
Pliega el ala entumecida
En la reja de una ingrata,
De una ingrata fementida;
Como cien diversas flores
Van en una misma cesta,
En la noche , se diría,
Van los tímidos amores,
Y los besos de la orgía
Y la música de fiesta.
En la noche de alegría
Toda joven se engalana,
Porque el novio le sonríe
Al mirarla en la ventana;
En las noches de alegría,
El encanto de la orgía
Son las pálidas mujeres.
En las noches taciturnas,
No hay estrellas, no hay orgías;
Son las almas como urnas
Que dejarán amor vacías;
En las noches taciturnas
Vienen muchos pensamientos
Con las ráfagas nocturnas;
Merodean criminales;
Y aparecen macilentos,
Espantosos, espectrales,
Los enormes monumentos
Y las Viejas catedrales.
En las noches taciturnas
Los burlados, los esposos
Como muertos en las urnas
Van cayendo en el dolor;
Los queridos recelosos
Los amantes engañados,
Todos gimen los forzados
Los forzados del amor.
En la noche —triste augurio—
Llora el mísero poeta
Una próxima traición;
Perdonadme si os injurio
Claros ojos de violeta,
Negros ojos de carbón.
1897.
Rufino Blanco Fombona