DEVOCIÓN DE ROBERTO BOLAÑO
A finales de 1992 él estaba muy enfermo
Y se había separado de su mujer
Esa era la puta verdad :
Estaba solo y jodido
y solía pensar que le quedaba poco tiempo
pero los sueños, ajenos a la enfermedad,
qcudían cada noche
con una fidelidad que conseguía asombrarlo
Los sueños que lo trasladaban a ese país mágico
que él y nadie más llamaba México D.F.
y Lisa y la voz de Mario Santiago
leyendo un poema
y tantas otras cosas buenas y dignas
de los más encendidos elogios
Enfermo y solo,l él soñaba
y afrontaba lo días que marchaban inexorables
hacia el fin del otro año.
Y de ello extraía un poco de fuerza y de valor.
México, los pasos fosforescentes de la noche,
la música que sonaba en las esquinas
donde antaño se helaban las putas
(en el corazón de hielo de la Colonia Guerrero)
le proporcionaban el alimento que necesitaba
para apretar los dientes
y no llorar de miedo
Roberto Bolaño