EL MONJE
Fui feliz durante las cacerías
Dormité a la sombra de un plátano
Los sueños ordenaban ríos y castillos
Al alba mi hermano me murmuró al oído
que tras esas colinas los dominios
permanecían con las mismas alambradas.
Homenajes —dijo. Cabalgué
hasta alcanzar a la vanguardia
Nadie supo indicarme hacia dónde
se había marchado nuestro señor.
Intuí que el calor de los crepúsculos
era artificial. Supe que alguien
largo tiempo había dormido
sobre mis escritos.
Roberto Bolaño