Pregunté si aún estaba allí.
Dijo que pasara.
Está nevando nuevamente, avisé.
Sus libros desparramados.
Inútil para hacer el amor.
Desde hacía 6 meses no llevaba ninguna chica
al cuarto.
Enfático, categórico, señaló
una mosca aplastada
en el otro lado de la ventana.
Como escupir a un espejo, recordé.
Una especie de poeta.
Despreocupado y feliz.
Roberto Bolaño