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La balanza —bien lo veo—
está vencida hacia el lado
del platillo malo.
¿Quién me puso allí ese peso? No fui yo, pero
allí esta
puesto en mi daño,
y cargo con pesadumbres
que trajeron otras manos.
Señor, lo que yo no puse
¿por qué me es fuerza quitarlo?
¡Y hay muchas cosas queridas
en ese plato malo!
Pedro Salinas, 1923