OH matorrales crespos adonde el sueño avanza trenes
oh montón de tierra entusiasta donde de pie sollozo
vértebras de la noche agua tan lejos viento intranquilo rompes
también estrellas crucificadas detrás de la
montaña
alza su empuje un ala pasa un vuelo oh noche sin llaves
oh noche mía en mi hora en mi hora furiosa y doliente
eso me levantaba como la ola al alga
acoge mi corazón desventurado
cuando rodeas los animales del sueño
crúzalo con tus vastas correas de silencio
está a tus pies esperando una partida
porque lo pones cara a cara a ti misma noche de hélices negras
y que toda fuerza en él sea fecunda
atada al cielo con estrellas de lluvia
procrea tú amárrate a esa proa minerales azules
embarcado en ese viaje nocturno
un hombre de veinte años sujeta uña rienda
frenética
es el que él quería ir a la siga de la noche
entre sus manos ávidas el viento sobresalta
Pablo Neruda, 1925