MANCHA EN TIERRAS DE COLOR
Patio de esta tierra, luminoso patio
tendido a la orilla del río y del mar.
Inclinado sobre la boca del pozo
del fondo del pozo me veo brotar
como en una instantánea de sesenta cobres
distante y movida. Fotógrafo pobre,
el agua retrata mi camisa suelta
y mi pelo de hebras negras y revueltas.
Un alado piño de pájaros sube
como una escalera de seda, una nube.
Y, asomando detrás de la cerca sencilla,
cabeza amarilla, como maravilla,
como el corazón de la siesta en la trilla,
rubia como el alma de las manzanillas,
veo a veces, gloria del paisaje seco,
la cabeza rubia de Laura Pacheco.
Pablo Neruda, 1923