PUENTE DE LONDRES
¿Encontraría a la Maga?
—Eres tú, amigo?—dije.
—Deséale suerte a mi sombrero de copa.
Una dalia de cristal
trazó una línea verde en mi ojo gris.
El cielo estaba afónico como un búho de níquel.
—Adiós, amigo—dije.
—Echa una hogaza y una yema de huevo en mi bombín.
Una bombilla guiñaba entre las hojas de acanto.
Mi corazón yacía como una rosa en el Támesis.
Pere Gimferrer