AMNISTÍA
Pido amnistía para los que llevan
plomo en las alas, para los que han roto
los pantalones de las pesadumbres.
Pido amnistía para el trigo limpio,
para las frutas del amor caídas
en los zarzales que nos aprisionan.
Pido amnistía para los que beben
el café sin azúcar de su sombra
y se tragan el rancho de sus penas.
Pido amnistía para los que luchan
por tener un colchón donde descansen
las sonrisas abiertas de sus hijos.
Pido amnistía para los fortines
del pecho de las madres, esas patrias
sin polución de cárceles y espinas.
Pido amnistía para los exilios
de los que amamos para la ternura
de quien nos dice adiós en una carta.
Pido amnistía para el verbo libre,
para los locutorios de las rejas,
y los taladros de las soledades.
Pido amnistía, en fin, para la sed
de los que están buscando día y noche
el vaso de agua de la libertad.
Pedro García Cabrera