SOLILOQUIO A UN POETA
Sí, poeta, puedes hacer retumbar el trueno
en los élitros de una pajarita de papel.
Puedes abrir la jaula de la lluvia
dejando en libertad los bofetones de tu infancia.
Puedes embriagarte chupando
la caña de azúcar de las evasiones,
improvisar diabluras de cornetín de órdenes,
decir fu a la moneda
con que compras tus desamparos.
Puedes despilfarrarte midiendo
órbitas de satélites
con la unidad de una lombriz de tierra.
Puedes combinar los absurdos microbios
de las cosmogonías,
el cuello de penumbras de un patíbulo
y hasta beber inocencia de alacranes
en el pie torcido de una bailarina.
Pero oye, oye, oye...
Si no te miras con lupa de millones de años-luz
para que en cada uno de tus gestos
anide una paloma mensajera,
sólo camuflarás en tus palabras
los volatines de los narcisismos,
la momia del porvenir de tu derrota,
el visto bueno a los espejos donde
la esclavitud refleja tu semblante.
Sí, poeta, no cargues con el crimen
de abandonar el sueño en que flameas
cerrándole las puertas de ti mismo.
Más allá de metáforas
la naranja del mar está esperando
redondear el mundo de tu mano.
Pedro García Cabrera