NOCHE DE ABSURDOS
Aunque laves los pies a la lluvia
nunca dispondrás
de calcetines blancos que ponerle.
Aunque el telar de la angustia de la sangre
siga tejiendo el lienzo de tu espalda
nunca lograrás
la camisa del hombre feliz.
Aunque te multipliquen por música pasacalles
siempre andarás a paso de tortuga.
Aunque vistan sedas universitarias
los tuyos, al final
siempre tendrás el rabo entre las piernas.
Ya pueden los rostros sentir vértigos de esperanza,
estrecharse la mano los siempres y los nuncas,
dejarse crecer barba las olas de los mares,
vivir una familia en un grano de arena.
Porque aún aumentando el nivel de vida
sólo verás de tu renta per cápita
unos zapatos rotos.
Pedro García Cabrera