MEDIA NARANJA
Echa mi sueño al lado y tómame en la hoguera
de mi clamor de hombre, compartiendo
el ámbito en que soy el mismo que me llamo.
Tómame aquí, en esta pleamar que me desborda
arenas y esperanzas,
en que me dejo ir por mi ternura
de tomillo en la noche,
viviendo tú por mí las mezquindades,
mi pararrayos de los contratiempos.
Ya mis ojos conocen tu despertar,
ya tus cabellos tienen sombra de árbol,
ya tus labios sonríen mi silencio.
Nos dimos en la gota que brillaba
alianza de agua y soledad de río,
más allá de la mar y de las gentes.
Y ahora estoy contigo, conmigo, con tu rostro
que no sabe volverse atrás,
sintonizando lumbres coloquiales.
Si de algo estoy contento
es de haberte encontrado,
isla, mujer, costilla, espejo, mano
que tantea en mis sienes, con libertad de amiga,
la raíz en que sigo granándome,
la espiga que no cesa de ganar las fronteras
en las que pueda asirme a la voz de otros míos.
Con mi mano en la tuya
nunca será el invierno
y en tu media naranja redondeo mi mundo
aunque sigan rodando los trenes y los días
por calles encendidas con pájaros heridos
y campos que protestan su sed arrodillada.
Pedro García Cabrera