ALONDRA DEL MIRLO Y CIRUELO EN FLOR
A Caridad Arévalo Mateos
No me digas que te quiera,
que ayer dijiste lo mismo
al brezo y la madreselva.
Pierdes el tiempo conmigo:
a mis estrellas de nieve
no le hacen falta tus trinos.
Y, aunque sin alas me quede,
no encontrarás en mis brazos
una rama que te espere.
Sé lo que vienes buscado:
lucir tu traje de noche
sobre mis hombros nevados.
No son, mirlo, tus canciones
las que verán mi desnudo
desabrochado de flores.
Antes me quede sin fruto
que inmolar mis risas blancas
a pico tan inseguro.
Sigue a mentir en volandas
a otros árboles lejanos
que crean en tus palabras.
En mi no vengas buscando
amor para un alto nido.
Ni pretendas que te quiera,
que ayer dijiste lo mismo
al brezo y la madreselva.
Pedro García Cabrera