ALONDRA DE LA CONCHITA EN LA ARENA
Caracolita,
caracola,
como un hoyuelo
de mi novia.
Su voz de nácar
me pregunta
cómo es de fina
su cintura.
Díceme en baja
voz de orilla
si es en su frente
blanco el día.
Y su voz de aire
me interroga
si hay en sus sienes
mariposas.
Caracolita,
caracola,
como un hoyuelo
de mi novia.
Tiene de nácar
la cintura,
istmo de seda,
flor de luna.
Y tiene azules
las pupilas,
dulce la frente,
blanco el día.
Pero enanita
caracola,
no hay en sus sienes
mariposas.
En sus fulgores
tú como ella:
luce el hoyuelo
sin la perla.
Pedro García Cabrera