IX
Saliéndome por pórticos dormidos
vuelvo a mi oscuro punto de partida.
Pero aunque quieran impedirme el paso
obstáculos de huidas esperanzas,
aunque me desordenen espesuras
y se crucen de brazos mis caminos,
a pesar de la bruma de los sueños,
saltando de tu voz a mis costados
ganaré mis planicies interiores.
leve de sombra y alto de alegría.
Y desde sus colgantes atalayas
divisaré a lo lejos de mí mismo
la pensativas islas del recuerdo
por el mar inclinado de la ausencia.
Entonces ya podré sin extraviarme
con los ojos vendados recorrerme.
Y en todas partes te hallaré conmigo,
oh dulce caracola que me fluyes
la fiel intimidad de la distancia.
2 de julio de 1942
Pedro García Cabrera