NUDO DE PERFECCIÓN
Ser igual en la vida y en la muerte,
en la mudez de un guante abandonado
y en el decir de una pupila abierta,
en el beso volado de una nube
y en la conciencia de cristal de un río.
Ser siempre para ti la misma cosa
el mar dentro la jaula de unos dedos,
que el dedo del destino entre dos libros,
que el coser y el cantar, que la tenaza
que siente el pez cuando le enfría el aire.
Todo está ya en tu gesto cotidiano,
en el nidal del nido de tu nudo.
Y quien toque tu piel toca al instante
la mudez, el decir, la jaula, el río,
todo tu yo, tu todo, la certeza
de tu difícil sueño lapidado.
Pedro García Cabrera