TU VANIDAD NO EXISTE
Como no ruedas, como ya estás hecha,
y al decir «tú» ya tienes la defensa
de ese «tú» que te abarca los extremos,
tú, isla, no pregonas la secreta
tendencia a lo redondo de las piedras
ni ese mentido afán de los cristales
a ordenarse en sistemas superiores,
contra los acericos de la lluvia
ni los picos del sol, que abren los poros
donde baraja el viento los sonidos.
Como no ruedas, como ya estás hecha,
y cuerpo y alma son aquí la roca,
y la roca es sumisa a su volumen,
con tu perfecta sencillez te bastas.
Pedro García Cabrera