TU LOZANÍA
Como ellos, tus átomos.
Se quieren en tu peso, en tu volumen.
Aman por toneladas verdaderas.
Y nunca se enajenan sus aristas
ni tiemblan sus soportes sumergidos
ni se abren los capullos de sus vértices.
Dentro de ti, primor y suficiencia.
Detenida en un alto de ternura
se fragua tu cariño. Y es tan lento
que dejarás de amar cuando se rompa
ese reloj parado que te llena
las descansadas celdas de tu masa.
Pedro García Cabrera