LIQUEN 10
Corbeta, amiga corbeta
que vas para niña blanca,
del lapicero de un mástil
amárrame la mirada,
que me devuelve la duna
donde las naves se agachan,
y trábala de una roca
que trisque espumas lejanas.
Corbetilla, corbetilla,
que eres ya una nena blanca,
no me la dejes en tierra,
embárcame la mirada.
Si no cabe en las bodegas
que se acurruque en las jarcias
o en la sonrisa más fea
que hayan dejado dos tablas.
Corbetita, corbetita,
—punto que casi no es nada—
no me la dejes en tierra,
embárcame la mirada.
Y si acaso rompe un traje
el cruzar de una borrasca.
Pedro García Cabrera