HOJAS MUERTAS EN MI JARDÍN
No me gusta ver
hojas muertas en mi jardín.
Muertas
y en mi cabeza
la sabia cuajada,
verde, en mi jardín.
Hojas sonámbulas,
cayendo en incendios,
quemando mi suelo.
Hojas muertas,
vestidas,
desangradas,
listas a caer.
Cómplices suicidas;
las hojas toman sus manos
dejándose caer.
Se abren las carnes,
las arterias.
Se arrojan listas,
probando inviernos antárticos.
No me gusta verlas vivir
soportando el ocaso,
sentirlas crujir;
rompiendo pieles,
verlas pudrir.
Quiero sacar sus sombras,
perder la fiebre
en este cuerpo inevitable.
Llamar calor a ese manto áureo,
expuesto a la luz de la lluvia,
a las horcas, a la razón.
Despertando al frío,
carne inquieta,
suicidas rompiéndose la sangre.
Waldo Marcelo Mallea Hernández