DIARIO DE UN SEDUCIDO
Es inútil leer a Kierkegaard:
No somos dioses,
Todo lo más, relámpagos desiertos
Con la tea del sexo iluminando vientres,
Calcinando una flor
O —pavesa sumaria del instinto—
Ordeñando sus fuegos a la nada
Con un perfume clavado entre los ojos.
León, 1991
Carlos Rivera Ortiz