VI. LOS COLORES DEL NUEVO AMANECER
Con su mirada llegó la vida,
florecieron áridas estepas,
retoñaron las raíces secas
y de nuevo volvió la rima.
No quise recojer las mil hojas
caídas en mi otoño, nuevas flores
brotarían, de todos los colores,
verdes, azules, doradas, rojas.
Acabó mi era monocromática,
reemplazada, mejorada, adornada
de sabores, nueva edad dorada,
resurgió el agua romántica.
Agua dulce con salados peces,
agua plata bajo los nenúfares.
Agua limpia, pura y cristalina,
agua dorada y llena de vida.
Vi sonreír a la mañana,
vi volar las olas sin alas,
vi soñar a solas con nada,
vi volver la luz de mi alma.
Pedro Sánchez Vázquez