ENTRAR Y PREGUNTAR
... durante mucho rato, lentamente, anduve por dentro mirándome y preguntándome
qué podrían significar los miedos, los dolores, las muertes y vacíos que en mí había;
intenté tocarlos, pero en cada uno de ellos crujió y rechinaron una luz y hora con su sabor
y sombra, al tiempo que con amor e ira sus imágenes se removieron y alzaron,
y de entre ponzoñas y fangos, de entre conciencia pura, exhalaron gritos y palabras
de muy difícil replicación aquí;
... fue evidente que por vez primera osé andar conscientemente por tal desván de sangres,
abrumado por el brutal desorden con que uno a uno fui capaz de haber instituido cada instante
y pulso con que fui;
... he de decir que, tras abrir y ver el corazón, ardientemente deseé algún cariño
y busqué algún beso, algún brillo, alguna dulzura mía que hubiese quedado allí;
¡ clemencia, clemencia ..., llevo un
corazón reciente ! ¿ es que no lo veis ? recuerdo
haber clamado tras levantar los brazos sobre el mar y la memoria, y frente a todo el fragor de dioses
cabalgando por la eternidad;
... al final, en total silencio, cual había entrado, salí fuera y allí, indiferentes y en tumulto,
verdaderamente irreverentes, Aves del Paraíso venían y me picoteaban las manos y los hombros
sin piedad; me estremecí, me estremecí asustado y sentí mucho frío.
Orión de Panthoseas