MEMORIA PARA EL CONSUELO
... esta noche, cuando apagué la luz y encontré mis huesos
y una vez más sentí que resistían los golpes, el
silencio y la oscuridad,
tal vez me invadiera el cariño, la compasión
quizás,
porque a toda prisa fui a buscar memoria a mi sangre para el consuelo;
... y la traje, traje primero de la que tanta tenía y la puse
allí, al lado,
y nos dolió;
pero enseguida me introduje por años y horas, regresé a
cada tiempo
porque quería traer a este empeño, a este instante de
vida,
algún calor y dárselo, alguna brevedad con que acontece y
pasa la alegría alguna vez,
y durante mucho rato estuvimos contemplando
aquellas pocas cosas de mi alma.
... con amor, mis huesos y yo estuvimos callados y quietos,
como si hubiésemos hallado una manera para dialogar y
acompañarnos,
y para saber que el alba ya nunca
volvería a encontrarnos herméticos y solos.
Orión de Panthoseas